Podemos cambiar totalmente el aspecto de un mueble que ya no nos va con la decoración de la estancia, simplemente con un poco de pintura e imaginación.
Después de lijar muy bien todo el mueble, limpiarlo y darle dos manos de imprimación para madera, se vuelve a lijar para que quede lo más suave posible y es cuando ya se puede aplicar el color elegido. En este caso fué un blanco roto, acorde con la mesa de comedor recién comprada y que casa perfectamente con el resto del mobiliario. Un poco de decapado para finalizar y casi lo tenemos listo.
Para darle un toque moderno y ya que la lámpara del comedor tiene cristales de colores, se me ocurrió pintar los pomos en un color chocolate mezclado con dorado y aplicarle lágrimas de cristal de colores. Se remata con una fina capa de barniz. Éste es el resultado.
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