PANECILLOS RELLENOS CON CHORIZO
Cortados en rebanadas finas, también sirven para un buen tapeo, untando patés, quesos, sobrasada o hacer unas tostas variadas para el aperitivo.
En este caso, están sin rellenar con el chorizo, pues las hice para una comida a la que estaba invitada, los cortamos en rebanadas finas y mezclamos distintas clases de pan.
INGREDIENTES:
1 VASO DE ACEITE (200 ml.)
2 VASOS DE AGUA (400 ml)
1 CUCHARADITA DE SAL
25 gr.LEVADURA FRESCA (que desde que la descubrí en Mercadona estoy emocionada)
6OO gr. HARINA
PREPARACIÓN:
Como siempre, lo primero que hay que hacer, es encender el horno para que se vaya calentando.
Poner en un bol el aceite, agua, sal, la levadura, la harina y mezclar muy bien.
Dejar levar unas dos horas.
Una vez pasadas las dos horas, coger una porción pequeña, aplastarla con los dedos y colocar un choricito (si es de El Bierzo, como mi amigo Rómulo, mejor que mejor), y volver a cerrar la masa, formando una bolita. Así con todos los bollos. Podemos hacer alguno sin chorizo o con otros tipos de relleno, como cebolla frita, que queda riquísimo, queso, ajos, o lo que imaginéis.
Meter al horno a 180º durante 20 minutos o un poco más. Estad pendientes, cuando se doren, es que ya están listos.
Como podréis ver en las fotos, estos bollitos los hice sin chorizo. En cuanto los vuelva a hacer, coloco la foto pertinente.
¡Listo!
Cortados en rebanadas finas, también sirven para un buen tapeo, untando patés, quesos, sobrasada o hacer unas tostas variadas para el aperitivo.
En este caso, están sin rellenar con el chorizo, pues las hice para una comida a la que estaba invitada, los cortamos en rebanadas finas y mezclamos distintas clases de pan.
Aquí, los podéis ver en el horno, ya casi listos.
Muchas veces estoy invitada a comer o cenar en casa de amigos o familiares y siempre me gusta llevar algo hecho por mí, un detalle. En las casas donde hay más confianza, hasta me piden esto o aquello y yo encantada, pues así no tengo que pensar. De todas formas, siempre que voy a algún sitio y llevo algo, me gusta saber la gente que va a estar, porque así puedo preparar algo que les guste, o que hace tiempo que no toman. Y cuando tengo tiempo, como en el verano, que no hay horarios, me encanta cocinar, invitar a mis amigos, el alboroto que se forma en la cocina, todos colaborando poniendo la mesa, picoteando mis platos antes de sentarse a ella, sus conversaciones y exclamaciones: ¡qué rico! ¡cómo nos vamos a poner...!, ja, ja, a mí me encanta ese bullicio. De repente viene más gente, amigos de mis hijos y siempre hay sitio para todos, otros que viven un poco lejos, también se apuntan y un amigo fantástico que tengo, que muy a menudo me trae alguna pieza de marisco de las Rías Baixas, es muy bienvenido por todos. ¡Menudas fiestas montamos en verano! Música, risas, buena comida, mucha bebida, buen tiempo, jardín, farolillos, velas, sin prisas... ¡como a mí me gusta y a la mayoría!. Esa es la felicidad, los buenos momentos compartidos... En mi casa hasta los perritos de mis amigos son admitidos. Hay uno que se llama Moncho, otro Cooffee, otra Duna, mi Trufita, otro Lío, en fín. Os podéis imaginar, Pero no se juntan todos, sería una guardería perruna, ¡por Dios!, de vez en cuando viene alguno y a mí me encantan.
Pues estos bollitos tan ricos, se los dedico a mis amigos, con los que me paso el verano de maravilla, cocinando para ellos lo que puedo y más que debiera. Estos amigos míos, que a veces son como de la familia, con los que de verdad me siento a gusto.
¡Por vosotros queridísimos amigos!
Muchas veces estoy invitada a comer o cenar en casa de amigos o familiares y siempre me gusta llevar algo hecho por mí, un detalle. En las casas donde hay más confianza, hasta me piden esto o aquello y yo encantada, pues así no tengo que pensar. De todas formas, siempre que voy a algún sitio y llevo algo, me gusta saber la gente que va a estar, porque así puedo preparar algo que les guste, o que hace tiempo que no toman. Y cuando tengo tiempo, como en el verano, que no hay horarios, me encanta cocinar, invitar a mis amigos, el alboroto que se forma en la cocina, todos colaborando poniendo la mesa, picoteando mis platos antes de sentarse a ella, sus conversaciones y exclamaciones: ¡qué rico! ¡cómo nos vamos a poner...!, ja, ja, a mí me encanta ese bullicio. De repente viene más gente, amigos de mis hijos y siempre hay sitio para todos, otros que viven un poco lejos, también se apuntan y un amigo fantástico que tengo, que muy a menudo me trae alguna pieza de marisco de las Rías Baixas, es muy bienvenido por todos. ¡Menudas fiestas montamos en verano! Música, risas, buena comida, mucha bebida, buen tiempo, jardín, farolillos, velas, sin prisas... ¡como a mí me gusta y a la mayoría!. Esa es la felicidad, los buenos momentos compartidos... En mi casa hasta los perritos de mis amigos son admitidos. Hay uno que se llama Moncho, otro Cooffee, otra Duna, mi Trufita, otro Lío, en fín. Os podéis imaginar, Pero no se juntan todos, sería una guardería perruna, ¡por Dios!, de vez en cuando viene alguno y a mí me encantan.
Pues estos bollitos tan ricos, se los dedico a mis amigos, con los que me paso el verano de maravilla, cocinando para ellos lo que puedo y más que debiera. Estos amigos míos, que a veces son como de la familia, con los que de verdad me siento a gusto.
¡Por vosotros queridísimos amigos!
INGREDIENTES:
1 VASO DE ACEITE (200 ml.)
2 VASOS DE AGUA (400 ml)
1 CUCHARADITA DE SAL
25 gr.LEVADURA FRESCA (que desde que la descubrí en Mercadona estoy emocionada)
6OO gr. HARINA
PREPARACIÓN:
Como siempre, lo primero que hay que hacer, es encender el horno para que se vaya calentando.
Poner en un bol el aceite, agua, sal, la levadura, la harina y mezclar muy bien.
Dejar levar unas dos horas.
Una vez pasadas las dos horas, coger una porción pequeña, aplastarla con los dedos y colocar un choricito (si es de El Bierzo, como mi amigo Rómulo, mejor que mejor), y volver a cerrar la masa, formando una bolita. Así con todos los bollos. Podemos hacer alguno sin chorizo o con otros tipos de relleno, como cebolla frita, que queda riquísimo, queso, ajos, o lo que imaginéis.
Meter al horno a 180º durante 20 minutos o un poco más. Estad pendientes, cuando se doren, es que ya están listos.
Como podréis ver en las fotos, estos bollitos los hice sin chorizo. En cuanto los vuelva a hacer, coloco la foto pertinente.
¡Listo!
Hola, me encanta tu blog, tienes unas recetas geniales, yo soy de Asturias y me gusta mucho la cocina gallega, un saludin!
ResponderEliminarMuchas gracias anónimo. Un saludo.
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