TARTA DE LIMÓN

¡Me encanta estar de vacaciones...! Y diréis vosotros ...

 ¡y a quién no!. Me encanta también pasar el tiempo con mis amigos, tomar el sol, cocinar alimentos  frescos y ricos típicos del verano, leer hasta altas horas de la madrugada, pasear, reirme a carcajadas, no tener horarios ni estress, pasear a mi perrita por la playa cuando empieza a anochecer y la arena aún está tibia, quedarme tumbada al sol y ver que la gente se va marchando a sus casas y yo todavía puedo quedarme hasta la hora que me apetezca, sentir el agua fría y helada a veces de esta tierra gallega, los chiringuitos, el tapeo, la cervecita de última hora, los helados tomados bajo el sol, la sombrilla, las tumbonas, lo bien que sienta el bikini cuando ya estás morena... y las fiestas...las interminables fiestas... Por todo hacemos fiesta, que si hay que celebrar un nuevo trabajo, que si viene fulanito y...¡hala!, hacemos un aperitivo en la playa, extendemos un mantelito y aparecen toda suerte de manjares y bebidas...¡y qué bien sienta eso a las 3 de la tarde!,;que si hay que mantener la tradición de tomar el arroz con bogavante, entonces toca cena en Portonovo, que si es el cumple de alguno, cenita en una de las casas de nuestro grupo de amigos, que si tenemos que inaugurar una casa nueva, comida, brindis y lo que se tercie; que hace mucho calor... pues nos dedicamos a hacer bromas en las casas de los amigos. Esto me recuerda una broma buenísima que le hicimos a A. y C. Ya hace algunos veranos. Nos reunimos varios a las tres de la madrugada y pintamos carteles,compramos tizas y desde mi casa (a quién creéis que se le ocurrió esto) y con un montón de niños nos dirigimos a la casa de A. y C.

Uno de los carteles lo colocamos en su puerta. Con las cintas señalamos el camino por una pasarela de madera que da hasta la playa y está cerca de la casa y con las tizas pintamos flechas en el suelo.

¿Qué creéis que pasó al día siguiente?

El cartel rezaba: "Se dan desayunos gratis" "No tiene más que llamar al timbre y le atenderemos gustosamente"

Cuando bajé a la playa al día siguente sobre las 11 de la mañana, había un revuelo cerca de la casa de mis amigos que con sólo verlo de reojo me retorcía de risa. Empezaron a llegar los demás del grupo, los niños... ¡qué risa !. Pero lo mejor fueron las caras de nuestros amigos A. y C. cuando bajaron...¡casi nos matan!

Hay muchas anécdotas que contar de mis veranos en Areas, pero hoy os voy a dejar con esta tarta de limón que fué un exitazo. A todo el mundo le encantó y yo les digo: ¡pero si aún tenéis que probar otros postres! ...

¡que no, que no, que queremos la tarta de limón! 

Aquí la tenéis pues. Espero que la disfrutéis como yo, en compañía, que es como más rica está. Os lo aseguro.

INGREDIENTES:

1 BOTE DE LECHE CONDENSADA

3 YEMAS

RALLADURA DE LIMÓN

EL ZUMO DE UN LIMÓN

3 CLARAS A PUNTO DE NIEVE

GALLETAS

MANTEQUILLA

PREPARACIÓN:

Moler las galletas y mezclarlas con la mantequilla.

Untar un molde de horno con mantequilla. Verter la mezcla de las galletas con la mantequilla y colocarla de forma que quede bien estirada, cubriendo todos los lados.

Mezclar con la batidora las tres yemas, la leche condensada, la ralladura y el zumo de limón.

Volcar esta mezcla sobre la base de galletas.

Batir las tres claras a punto de nieve con una pizca de sal. Cuando estén a punto, añadir dos cucharadas de azúcar glass y seguir batiendo hasta que queden firmes.

Colocar en una manga pastelera y decorar la tarta formando picos.

Meter al horno a unos 180º hasta que se dore un poco el merengue.

¡Listo!