SOPA DE CEBOLLA

La climatología ha cambiado últimamente y como estamos en el mes de Mayo y sigue haciendo frío y lloviendo a mares, nada mejor que una sopita de cebolla calentita y sabrosa, con ese gusto a queso gratinado al horno que roba el sentido.

Mucho me temo que algunos creen o (casi me meto en el grupo) creemos que este mal tiempo nunca se va a acabar. Y es que por mucho que nos empeñemos en ponernos ropa de primavera y manga corta, ésta no va a hacer acto de presencia. Por lo que hemos vuelto a sacar los abrigos del armario, las chaquetas y casi diría yo, que las bufandas. El frío que hace estos días, es inesperado. Hemos tenido una semanita de regalo que nos confundió, con un sol y calor muy apetecible, y ahora ha vuelto el invierno. ¿Qué es lo que está pasando?

Como eso está por ver, mientras tanto yo me dedico a confortar al cuerpo y al alma, cocinando y cocinando sin parar y viendo receta tras receta, fotografiando todo lo que cae en mis manos y todo lo que comen los demás. Ya les tengo un poco hartos con tanta fotito, porque les digo cuando llegan los platos a la mesa: ¡Todos quietos! ¡Ni os atreváis a tocar el plato! Y ya me veis a mí sacando mi cámara y mareando al personal: ¡dale la vuelta al plato! ¡no, así no, más a la derecha!
¡Espera, otra foto por si acaso! ... Y así todos los días...

Claro, luego comen los platos casi fríos, pero todos colaboran con sonrisas matadoras,...


INGREDIENTES:

1 kg. CEBOLLAS
2 CUCHARADAS DE MANTEQUILLA
150 gr. QUESO GRUYÈRE RALLADO
RODAJAS DE PAN FINITAS
ACEITE Y SAL

PREPARACIÓN:

Poner la mantequilla y el aceite en una cazuela y calentar.
Añadir las cebollas cortadas muy finitas y freir lentamente tapadas. Antes de que empiecen a dorarse, añadir 2 litros de agua o caldo.
Dejar cocer unos 20 minutos.
Tostar las rebanadas de pan en el horno y colocarlas en cazuelitas individuales de barro.
Sobre ellas, verter el caldo con la cebolla (se puede colar si se quiere) y espolvorear con el queso rallado.
Meter al horno fuerte hasta que se gratine.

¡Listo!